Caída
Suplemento CLARIN MUJER | mayo 2007
Algunos dicen que el pelo es el marco de la cara. Otros, que habla de la
personalidad. Y hay quienes aseguran que, como la piel, refleja el
interior y la salud de las personas. Entre los consejos expertos y
estéticos de los coiffeurs y los conocimientos científicos de los
dermatólogos, apareció la Tricología, una disciplina que se encarga del
cuidado del cabello.
Si bien esta tecnicatura todavía no se dicta en el país, ya hay algunos
profesionales que estudiaron en el extranjero y dan terapias. Uno de
ellos es Miguel Angel Cisterna, que se formó en la Escuela de
Enseñanzas Profesionales de la Universidad de Barcelona y hoy realiza
sus terapias en el Centro Argentino de Diagnóstico Capilar.
¿Cómo se da cuenta cuando un cabello está sano?
El pelo es un reflejo de nuestro interior, de cómo estamos. Cuando está
bien, tiene brillo y un volumen parejo tanto en la zona alta de la
cabeza como a los costados y la nuca. En cambio, cuando presenta un
desarreglo, aumenta la oleosidad o grasitud en el cuero cabelludo y el
resto del pelo se ve seco o acartonado. Aparecen diferentes grosores y
hay un debilitamiento del ciclo de crecimiento.
¿Cómo es ese ciclo?
El cabello tiene un ciclo de vida de por lo menos cuatro años con tres
estadíos: crecimiento, reposo y caída. Una alteración implica un
acortamiento del ciclo, por ejemplo a dos años, lo que produce que el
cabello no esté tanto tiempo en nuestra cabeza. El nuevo cabello viene
más débil, más fino y no llega a un largo porque se cae antes. Es lo que
llamamos una involución del cabello.
¿Qué produce desarreglos?
Primeramente la higiene. Uno tiene que entender que nuestro sebo natural
es necesario para la fibra capilar. No hay que tenerle bronca a la
grasitud del pelo porque es el bálsamo natural que tiene la fibra del
cabello. Cuando uno higieniza mal, con algo que no es adecuado a nuestro
cabello, produce una alteración del sebo.
¿Cada cuánto habría que lavarse el pelo?
Depende de las características de cada persona. Hay que mantener un
equilibro y eso se logra cuando las fibras del cabello tiene más brillo
que el cuero cabelludo.
¿Cómo se elige un champú?
Ultimamente los productos se han segmentado mucho. En Suiza, por
ejemplo, se puede comprar según el PH que cada uno tenga. Acá lo mejor
es elegir según el tipo de cuero cabelludo y no según el tipo de pelo
porque lo que cuenta es el cuero cabelludo.
¿Son útiles las cremas de enjuague y las cremas para peinar?
Los tricólogos siempre buscamos la solución más natural. Lo mejor es lo
que se hacía antiguamente. En la época de nuestras abuelas, cuando
todavía se lavaban con jabón y no existían los desenredantes, las
mujeres a la noche se peinaban con un buen cepillo de cerda en
diferentes direcciones y lograban mecánicamente la lubricación del
cabello.
¿Los tricólogos trabajan en equipo?
Interactuamos entre el coiffeur y el dermatólogo. Podemos explicar los
efectos y reacciones químicas de una coloración y somos las manos
prácticas de los dermatólogos. Pero es una ciencia en la que intervienen
otras disciplinas como endocrinología, dermatología, nutrición,
ginecología. Está todo relacionado con cómo estamos.
¿Qué es lo que no hay que hacer?
Teñirse durante la menstruación, porque el color no toma parejo, queda
más fuerte en las puntas y cuesta más que tome en las raíces. Y queda un
cabello con dos o tres tonos diferentes.
¿Cuáles son sus consejos para tener bien el pelo?
Hay que alimentarse bien. Y tratarlo con el mismo respeto con el que se
respeta la piel. Espaciar la coloración. Algo normal es hacerse una vez
al mes, cada 45 días. Si el cabello está débil, hay que evitar un corte
con navaja en la parte superior de la cabeza. Durante el embarazo, lo
mejor es no teñirse para prevenir posibles irritaciones. Y las mujeres
menopáusicas deben tener cuidado con hacerse una coloración excesiva
porque aumenta la seborrea.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes que recibe?
Por sequedad por el uso indiscriminado de tintura, por la falta de
volumen o porque no crece en el largo. Muchas veces la mujer se ve el
pelo peor de lo que lo tiene en realidad y, en un intento por verlo
mejor, abusa de la coloración, del uso de cremas, lacas, geles,
aceites... En Europa, las mujeres suelen hacerse un color por temporada,
no cada mes. Allá también hay una tendencia al pelo más natural y es
más común ver señoras mayores de pelo grisáceo. En cambio acá, eso es
casi una rareza.
Edición MAYO - Año 2007
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